Con el título del post se podrán haber imaginado de qué se trata esto.

Se trata de un aparato desarrollado por Amy Radcliffe, que utilizó técnicas desarrolladas en los 70 por el químico Roman Kaiser, que ideó una nariz eléctrica.

No me iré al aspecto técnico, pero sí les digo que funciona de la siguiente manera: el aparato absorbe los olores del momento y los atrapa en una trampa de resina para conservar, limitadamente, el aroma, luego, ser enviados a un laboratorio para inmortalizar su olor. Obviamente este experimento se está puliendo para en algún futuro llegar ser usado tan comúnmente como las cámaras.

Una vez esté trabajando a su máximo nivel de perfección sería implementado en las cámaras para trabajar juntos, de ahí: La cámara que captura olores.

¿Se imaginan un futuro en que la cámara del iPhone venga con esa característica? Sería un gran paso para Apple y, de ahí, un gran paso para el mundo.

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Fuente: iEnterate